Las agresiones a sanitarios (también) asolan las prisiones españolas

Los funcionarios de los centros penitenciarios sufren a diario episodios de violencia física y verbal por parte de los reclusos. Médicos y enfermeros han normalizado este tipo de situaciones ante la inoperancia de Instituciones Penitenciarias.

ConSalud.es recoge el testimonio de una enfermera de un centro penitenciario de Valencia que ha sufrido en su piel la lacra de la violencia contra los sanitarios.
5 mayo 2019 | 00:00 h
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A cuenta gotas y casi diariamente a redacciones como la de este diario llegan noticias acerca de las agresiones que sufren los funcionarios de prisiones españoles. Verbales y físicas, son un puñal constante a trabajadores que por vocación ejercen sus profesiones en los centros penitenciarios de todo el país y que tratan con reclusos que a veces traspasan esa línea, cargando contra el personal que está a su cargo.

Si las agresiones a sanitarios se incrementan año a año en el Sistema Nacional de Salud (SNS), la sanidad penitenciaria no está exenta de estos hechos. Así, en declaraciones a ConSalud, una enfermera de un centro penitenciario de Valencia que prefiere resguardar su anonimato ha querido relatar la realidad en la que trabaja día a día, dando incluso normalidad a los actos violentos en el ejercicio de su profesión.

"Yo misma he recibido algún empujón. Un compañero de Soto del Real (Madrid) fue apuñalado y varios de Huelva fueron víctimas de una intoxicación"

"Los reclusos son pacientes que tienen el nivel de frustración muy corto, a cualquier cosa que les digas que no o que no vaya en el sentido de lo que a ellos les guste acabas estando implicada", expone esta profesional sanitaria que reconoce que las agresiones que sufren suelen ser de carácter verbal.

"Yo misma he recibido algún empujón pero no son agresiones como el apuñalamiento a un compañero del centro penitenciario de Soto del Real (Madrid) o la intoxicación de varios compañeros de la prisión de Huelva", asegura esta enfermera, que ha acabado aceptando con cierta normalidad este tipo de actitudes ante la necesidad de sacar adelante el trabajo diario.

Los propios profesionales sanitarios son los que además deben hacerse cargo y asumir las consecuencias de cualquier acto vandálico o motín que se produzca en las cárceles. "Lo hacemos con o sin médicos, con el déficit de facultativos, de enfermeros o de farmacéuticos que tiene la sanidad penitenciaria. Estamos en el olvido de las administraciones públicas", denuncia esta profesional.

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