Lucas Moura Bastos, un joven brasileño que ha obtenido el mejor número de orden entre todos los extranjeros que se han presentado este año al MIR, explicaba hace unos días a ConSalud.es la titánica tarea que le va a suponer, cuando le sea adjudicada la plaza, comprar los billetes de avión, arreglar el tema del visado y, sobre todo, encontrar alojamiento. Y es que va a tener que hacer todo ello en tiempo récord: entre que sepa definitivamente en qué hospital va a especializarse y comience su residencia apenas habrán pasado unos días.
El suyo, claro está, es un caso extremo. No obstante, la inmensa mayoría de las 11.755 personas que aspiran a una de las 8.772 plazas ofertadas este año por Ministerio de Sanidad sí que van a tener que, aunque sea dentro de España, mudarse de ciudad. Son muy pocos los privilegiados que pueden escoger la especialidad que desean y hacerlo además cerca de su casa, algo que, con unos tiempos tan ajustados, supone un problema muy importante a la hora de organizar su futuro. Y, desde luego, nadie quiere comenzar un nuevo trabajo -el primero, en muchos casos- con mala salud mental.
“Verbalizar y defender que eres médico también le da tranquilidad al casero, además del aval que tengas"
“Hay dos cosas. Por un lado están tanto el poco tiempo que tienen para la gestión del alquiler como el desconocimiento que existe a la hora de hacerlo: cuántas visitas tengo que hacer, qué documentación tengo que pedir, si me van a pedir las últimas nóminas, fianza, comisión en el caso de las inmobiliarias… cosas que igual lo tienen asimiladas en su cabeza. Y, por otro, el tema económico, que al final ya no es solo de los residentes, sino de la población en general”, explica Rodrigo Mohedano, cofundador de MIRCoach, plataforma de apoyo psicológico para los estudiantes MIR.
Y es que muchos de ellos, los que hayan tenido la suerte (según como se mire) de estudiar la carrera en su ciudad natal, se encuentran ante su primera experiencia viviendo solos. Es, de hecho, el caso del citado Lucas Moura, quien reconoce que esta aventura “súper nueva” para él le produce temor e ilusión a partes iguales. “Uno de mis mejores amigos es cardiólogo, y encontró a dos compañeros de piso que iban a ser residentes de Anestesia en otro hospital. Después de cuatro o cinco años, acaban de pasar una semana de vacaciones juntos en Finlandia”, recuerda Mohedano.
Este joven de Ciudad Real, que se define en redes sociales como “emprendedor sanitario”, creó el año pasado un grupo de WhatsApp para poner en contacto a todos esos futuros residentes que buscaban alojamiento en distintas ciudades de España. Sobre todo, en Madrid y Barcelona, donde hay más plazas y también son más deseadas. “Piensa que el salario es más o menos igual en cada comunidad autónoma, pero la calidad de vida no. Aunque la mayoría ya tienen estudiadas estas cosas, y priorizan, en el momento de la elección, sacrificarlas a cambio de un hospital en el que puedan engordar su currículum o aprender más”, apunta Mohedano.
“Ellos entran y se apañan solos, se hablan por privado y demás. Nuestra labor es más organizativa”
A día de hoy, informa, un residente paga entre 300 y 500 euros al mes por una habitación en Madrid, la ciudad más cara de España y que es foco de polémicas semana sí y semana también por este tema de la vivienda. “Al final, un médico lo puede pagar desde su etapa como residente con su sueldo base sin ningún problema”, asegura el cofundador de MIRCoach, quien añade que el problema viene más a la hora de respaldar la solvencia para pagar el alquiler: “Te suelen pedir las nóminas, y un número que viene de terminar la carrera evidentemente no las va a tener. Así que va a necesitar del aval de los padres o de algún familiar”.
Aún así, recuerda, solo dedicarse a la Medicina, una profesión muy reputada entre el resto de la población, ya es sinónimo de confianza para los arrendadores. “Verbalizar y defender que eres médico también le da tranquilidad al casero, además del aval que tengas. Saben que vas a cobrar, por mucho que sea un contrato de formación. Si aún así te ponen problemas, huye de allí, porque a saber qué más problemas te va a poner durante tu estadía”, bromea Mohedano.
UN PROYECTO EN CONSTANTE CRECIMIENTO
A juzgar por las cifras, parece que ‘Busco Piso MIR’ realmente ha funcionado y ha cumplido con su función. Según su cofundador, actualmente tiene 400 miembros, entre los que se han quedado del año pasado y los que se han incorporado ahora, cuando en 2023 eran un tercio al no tener todavía creada una comunidad sólida. De hecho, para cuando comience el proceso de adjudicación entre los meses de abril y mayo y hayan hecho promoción del proyecto, esperan que ese número se triplique. “Ellos entran y se apañan solos, se hablan por privado y demás. Nuestra labor es más organizativa”, indica el experto.
“Hay un grupo central, y luego cada uno se va yendo a lo que más le interesa por ciudades o especialidades"
Y es que, efectivamente, de poco sirve un grupo con tanta gente si no existe algo de organización detrás. Establecer normas, crear subgrupos divididos por ciudades o especialidades… “Hay un grupo central, y luego cada uno se va yendo a lo que más le interesa. De hecho también puede servir para conocer gente en ese primer año de residencia”, insiste Mohedano, quien intentará, junto a su socio, Alberto Jiménez Lozano, asesorar a estos médicos durante el intenso proceso de encontrar alejamiento.
Y no solo a los R1: El grupo de WhatsApp de MIRCoach también está destinado a residentes de años posteriores. “Hay gente que luego hace rotaciones. Por ejemplo, un médico que está en Madrid igual se tiene que ir en verano a Barcelona, y necesita un piso solo para julio y agosto. Y eso es súper complicado. No es nuestro foco principal como negocio, pero todo sea por ayudarles”, concluye Rodrigo Mohedano.