La adicción al ejercicio es cuatro veces más común en personas con trastornos alimenticios

La investigación insta a que se realicen controles médicos más exhaustivos sobre los niveles de actividad física que realizan las personas que padecen trastornos alimenticios.

Las personas con características de un trastorno alimentario tienen 3,7 veces más probabilidades de sufrir adicción al ejercicio (Foto. Freepik)
Las personas con características de un trastorno alimentario tienen 3,7 veces más probabilidades de sufrir adicción al ejercicio (Foto. Freepik)
CS
30 enero 2020 | 14:00 h

Un nuevo estudio dirigido por Mike Trott, de la Universidad Anglia Ruskin (ARU), ha determinado que la adicción al ejercicio es cuatro veces más común entre las personas que padecen algún tipo de trastorno alimenticio. El estudio ha sido publicado en Eating and Weight Disorders - Studies on Anorexia, Bulimia and Obesity.

Esta investigación se presenta como la primera que mide las tasas de adicción al ejercicio en grupos de personas con y sin características de trastornos alimentarios. El metaanálisis ha examinado los datos de 2.140 pacientes a través de nueve estudios diferentes en Reino Unido, Estados Unidos, Australia e Italia.

Las conclusiones señalan que las personas con características de un trastorno alimentario tienen 3,7 veces más probabilidades de sufrir adicción al ejercicio que las personas que no muestran indicios de padecer alguno de estos problemas.

Las personas con características de un trastorno alimentario tienen 3,7 veces más probabilidades de sufrir adicción al ejercicio ​

“Se sabe que las personas con trastornos alimentarios tienen más probabilidades de mostrar una personalidad adictiva y comportamientos obsesivo-compulsivos. También somos conscientes de que tener una relación poco saludable con la comida significa a menudo realizar una mayor actividad de ejercicio, pero esta es la primera vez que se calcula el factor de riesgo”, explica Trott, investigador doctorado en Ciencias del Deporte.

“No es raro querer mejorar nuestro estilo de vida comiendo de forma más saludable y haciendo más ejercicio, especialmente al inicio del año. Sin embargo, es importante moderar este comportamiento y no ser víctima de las ‘dietas milagro’ o cualquier mecanismo que elimine ciertos tipos de alimentos por completo, ya que esto puede conducir al desarrollo de trastornos alimentarios”.

“Los profesionales de la salud que trabajan con personas con trastornos alimentarios deberían considerar la realización de controles sobre los niveles de ejercicio como una prioridad, ya que se ha demostrado que estas personas padecen afecciones médicas graves como resultado del ejercicio excesivo”, como fracturas, aumento de las tasas de enfermedades cardiovasculares en pacientes jóvenes o un incremento de la mortalidad en general en palabras del investigador.

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