Cada año mueren 150.000 bebés en el mundo por culpa del estreptococo B, ¿qué supone esta enfermedad?

Desde la OMS hacen un llamamiento para pedir una vacuna urgente que prevenga el estreptococo mortal del grupo B

Bebé en su cuna  (Foto. AEP)
Bebé en su cuna (Foto. AEP)
Paola de Francisco
3 noviembre 2021 | 13:15 h
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Hay distintos virus y bacterias que afectan principalmente a los niños pequeños y que pueden suponer un peligro para su salud y calidad de vida. Además del virus respiratorio sincitial,​ que puede causar una bronquiolitis crónica e incluso puede ser mortal, se encuentra el estreptococo del grupo B, una bacteria común que, según una reciente investigación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM), provoca alrededor de 150.000 muertes de bebés cada año, más de medio millón de nacimientos prematuros y una discapacidad significativa a largo plazo.

Un promedio del 15% de todas las mujeres embarazadas en todo el mundo, casi 20 millones al año, portan la bacteria GBS en la vagina, generalmente sin síntomas. Esta bacteria puede transmitirse de una mujer embarazada a su feto en el útero, o a los recién nacidos durante el trabajo de parto. Las tasas más altas se encuentran en países de ingresos bajos y medianos, principalmente en África subsahariana, Asia oriental y sudoriental.

En España, según recoge la guía ABE de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, la tasa de colonización vaginal materna oscila entre 11 y 18,2%. La frecuencia de colonización de recién nacidos de madres colonizadas es del 50%, y de ellos entre el 1 y 2% desarrollarán infección perinatal. Sin medidas de prevención es la causa más frecuente de infección bacteriana perinatal de transmisión vertical en el mundo occidental. 

"Siguen existiendo riesgos importantes para la salud, ya que es poco probable que esta intervención prevenga la mayoría de los mortinatos, los partos prematuros o la enfermedad asociada al estreptococo de grupo B que se presenta más tarde después del nacimiento"

Países como España se practican un cribado para detectar la colonización y una profilaxis con antibióticos. En nuestra región la profilaxis se administra durante el proceso de parto si el cultivo ha dado positivo cinco semanas previa al parto, si se ha tenido un hijo anteriormente con infección neonatal por la bacteria, si la edad gestacional es menor de 37 semanas, es decir, es un nacimiento prematuro, se produce una rotura prematura de membrana antes del parto o la madre tiene fiebre.

Sin embargo, como se ha comentado, un porcentaje de las infecciones se trasmite a los bebés. Además, como señala la OMS, incluso en las regiones con una alta cobertura profiláctica, "siguen existiendo riesgos importantes para la salud, ya que es poco probable que esta intervención prevenga la mayoría de los mortinatos, los partos prematuros o la enfermedad asociada al estreptococo de grupo B que se presenta más tarde después del nacimiento".

A eso se suma que no en todos los países se valora la importante amenaza que supone esta enfermedad y en muchos supone la muerte del niño. Como explica el Dr. Phillipp Lambach, oficial médico del departamento de inmunización, vacunas y productos biológicos de la OMS y autor del informe, señala: “Esta nueva investigación muestra que el estreptococo del grupo B es una amenaza importante y subestimada para la supervivencia y el bienestar de los recién nacidos, que tiene efectos devastadores para tantas familias en todo el mundo".

Debido a ello desde el informe de la OMS han hecho "un llamamiento urgente al desarrollo de vacunas maternas contra el estreptococos del grupo B para reducir este número", y enfatiza que podrían ser "altamente rentables, con importantes beneficios para la salud, en todas las regiones del mundo". De hecho, según las estimaciones, si la vacunación contra el GBS llegara a más del 70% de las mujeres embarazadas, entonces se podrían evitar más de 50.000 muertes relacionadas con el GBS anualmente, así como más de 170.000 nacimientos prematuros.

"La infección por estreptococos del grupo B representa un serio desafío para todas las familias afectadas y en todos los países. La vacunación materna podría salvar la vida de cientos de miles de bebés en los próximos años; sin embargo, 30 años después de que se propuso por primera vez, el mundo no ha entregado una vacuna. Ahora es el momento de actuar para proteger a los ciudadanos más vulnerables", señala la profesora Joy Lawn, directora del Centro de Salud Materno-Adolescente, Reproductiva e Infantil (MARCH) de LSHTM, y colaboradora del informe.

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