La jubilación anticipada crece entre las enfermeras: una de cada cinco la solicita tras la pandemia

Tras el estrés y la situación vivida con la pandemia Covid-19, el 62,8% de las enfermeras en condiciones de prejubilación se ha planteado pedirla durante los últimos dos años

Enfermera dejando sus guantes (Foto. Freepik)
12 mayo 2022 | 11:00 h
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Mª Jesús Fernández Pozos llevaba 42 años trabajando como enfermera de Atención Primaria cuando se prejubiló. Hasta que llegó la pandemia nunca se había planteado jubilarse antes de tiempo, sabía que le quedaban dos años atendiendo a sus pacientes, poniendo vacunas, haciendo servicios a domicilio, y los iba a aguantar sin problemas. “Nunca pensé en irme antes”, cuenta por teléfono.

Pero entonces llegó la Covid-19, y lo que antes había sido el cuidado de los pacientes y la promoción de la salud, en ese momento era Covid, protocolos, contradicciones, estrés y miedo al contagio. “Cuando comenzó todo me habría jubilado dos años antes de lo que me correspondía, al final solo me dejaron ir cuando quedaban dos meses para la jubilación”.

La pandemia ha golpeado la atención sanitaria de arriba abajo. El estrés, incertidumbre, miedo, falta de recursos y de personal han supuesto un caldo de cultivo que ha desembocado en el síndrome de burnout, bajas laborales y prejubilaciones de los profesionales sanitarios,  de Urgencias, Cuidados Intensivos, Hospitalización, Atención Primaria, sociosanitario y otras áreas. Según recoge la encuesta del Consejo General de Enfermería (CGE),“Radiografía de la situación profesional y emocional de la profesión enfermera”, el 16,5% de las enfermeras se han visto obligadas a pedir la baja por ansiedad, estrés o agotamiento mental y el 62,8% de las que reúnen los requisitos para la jubilación se han planteado solicitarla y asumir el coste que conlleva. De hecho, señala Florentino Pérez Raya, presidente del CGE, "tenemos datos que indican que una de cada cinco enfermeras que está en condiciones de prejubilarse lo está haciendo".

Esta es una situación que se lleva años arrastrando y que con la pandemia se ha agravado

Estos datos son algunos de los que ponen de manifiesto “la situación insostenible que vive la profesión enfermera y su creciente indignación”, indica Florentino Pérez, quien recuerda que esta es una situación que se lleva arrastrando años y que con la pandemia se ha agravado. “No olvidemos que España sufre un déficit crónico de enfermeras que pone en peligro el sistema sanitario y el bienestar de una sociedad cada vez más envejecida y aquejada de enfermedades crónicas, unos ciudadanos con una creciente necesidad de cuidados”.

“LA ENFERMERÍA YA NO ES LO QUE ERA”

Lo vivido ha supuesto que gran parte de las enfermeras se replanteen su vocación y lleguen a pensar en no haber cogido esta profesión si lo hubieran sabido. Otras, que aman lo que significa la Enfermería, se han sentido decepcionadas con la situación que ha terminado de desencadenar la pandemia y se han planteado “tirar la toalla” (un 46,5% según la encuesta del CGE) o prejubilarse.

“Pierdes la ilusión, el motivo de trabajar”, explica Mª Jesús Fernández. Para ella la Enfermería eracuidar a los pacientes y promover la salud y las medidas de prevención, era atender a los pacientes crónicos, “pero con la pandemia nada de eso importaba”. La Covid lo centró todo: test de antígenos, contagiados, enfermos; y la Sanidad cada vez más estrangulada. “No pensaba que fuera a mejorar la situación y decidí irme, no podía más con el estrés, recibir una orden a las 9 de la mañana y la contraria a la 13 de la tarde, no poder atender a los pacientes crónicos que quedaron aparcados...”.

Para Mª Jesús Fernández, la pandemia ha sido el “momento más amargo” de sus 40 años de carrera

Vio que ya no importaban las cosas que antes lo hacían, “ahora solo importa el papeleo y la atención por teléfono para que haya poca incidencia asistencial". Para ella la pandemia ha sido el “momento más amargo” de sus 40 años de carrera. “Antes ha habido momentos malos, pero no como ahora. Nunca me cogía bajas, después de contagiarme de Covid cogí bajas primero por la infección y después por estrés, aproveché las vacaciones y cuando me dejaron irme me fui. Se está bien jubilado y no voy a volver, aunque me lo pidan”, señala mientras se la escucha pedir un café en la terraza de un bar.

Se hubiera jubilado al principio de la pandemia, cuando se contagió, pero la obligaron a quedarse por falta de personal. Al final tras dos años y a dos meses de que dejara de ser una jubilación anticipada, dejó de trabajar en su centro de salud. “La sobrecarga asistencial, que ha supuesto la pandemia por Covid-19 para todas ellas, ha sido la puntilla para esta profesión, tanto en el ámbito profesional, como en el emocional”, concluye Florentino Pérez.

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