Covid-19 y enfermedad mental: la calidad de los cuidados de ahora marcará el futuro de los pacientes

Jorge Vidal, doctor del equipo de Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón analiza la necesidad de la atención de calidad en las personas con enfermedades mentales ante el confinamiento.

El mundo de relaciones de estas personas es más reducido en su vida habitual que las del resto de la sociedad (Foto. Freepik)
El mundo de relaciones de estas personas es más reducido en su vida habitual que las del resto de la sociedad (Foto. Freepik)
Ángel Luis Jiménez
23 abril 2020 | 00:00 h

En la situación de crisis sanitaria generada por la pandemia de SARS-CoV-2 que está golpeando con virulencia a España y el consiguiente escenario de confinamiento, generar la seguridad suficiente para que las personas que sufren algún tipo de enfermedad mental sienta reforzada su tranquilada, con cuidados adecuados y constantes, es la clave.

Así lo ha manifestado el doctor Jorge Vidal, médico psiquíatra que forma parte del equipo de Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón y que a través de su consulta particular atiende además a pacientes de otras entidades como es la Asociación de Iniciativas Sociales (AISS), integrada por pisos tutelados para personas con enfermedades mentales de diversa consideración.

“Nuestro objetivo número uno es lograr que nuestro paciente sienta que su casa, que es el piso tutelado donde vive, sigua conservando el ambiente y la atmósfera que le hacen sentirse seguro, tranquilo y bien”, explica.

“Cualquier indicio que nos indique que el paciente puede sufrir alguna crisis que pudiese desestabilizarlo hay que canalizarlo lo antes posible. Tengo que decir que lo estamos consiguiendo hasta el momento, a pesar de que para algunos pacientes no está siendo sencillo afrontar la situación”.

El doctor indica que buena parte de estos logros se debe al conocimiento mutuo que tienen todos los profesionales que integran AISS. Médicos, psicólogos, cuidadores, supervisores, enfermeras y trabajadores sociales forman un equipo que en estos momentos se desdobla, con el condicionante de tener que hacerlo con cierta distancia.

“Estamos pendientes de nuestros pacientes 24 horas sobre 24. La relación de confianza entre el médico y el paciente es el pilar de una atención adecuada. La mejor opción siempre es el trato directo, pero, en las circunstancias que estamos viviendo, la telemedicina es el ‘mal menor’ para evitar riesgos de contagio”.

No se trata de una tarea menor puesto que el mundo de relaciones de estas personas es más reducido en su vida habitual que las del resto de la sociedad. Por ello, es fundamental no generar un estrés añadido al que le genera su enfermedad.

"La relación de confianza entre el médico y el paciente es el pilar de una atención adecuada. La mejor opción siempre es el trato directo, pero, en las circunstancias que estamos viviendo, la telemedicina es el ‘mal menor’ para evitar riesgos de contagio"

Este cuidado implica actuaciones puramente clínicas- diagnóstico, tratamiento y seguimiento de la enfermedad a nivel médico y farmacológico- pero también, acciones para organizar su ocio y tiempo libre, sin olvidar el ejercicio físico. En la situación actual todo el trabajo rehabilitador y de socialización está comprometido.

EL DÍA DESPUÉS DEL CONFINAMIENTO

La incorporación a nuestra vida normal ha de hacerse de forma gradual, porque hay que encontrar el momento en el que confluyan las condiciones de salud, con las sociales y económicas. Este factor es especialmente relevante en el caso de nuestros pacientes, cuyo riesgo de empeorar siempre es mayor”, explica en este sentido.

“De la calidad de los cuidados que seamos capaces de otorgarles ahora dependerá el éxito de la normalización de sus vidas. Este es un factor que estamos cuidando especialmente. Muchos de estos pacientes llevan años en estos pisos. Es su hogar, es su familia, somos sus cuidadores y tienen que percibir que estamos a su lado como siempre, y que vamos a recorrer este camino juntos”.

"De la calidad de los cuidados que seamos capaces de otorgarles ahora dependerá el éxito de la normalización de sus vidas. Este es un factor que estamos cuidando especialmente"

El doctor hace referencia al trabajo que desarrollan sus compañeros que lo están dando todo en circunstancias tan adversas. En su opinión, el reconocimiento social debe venir acompañado con medidas prácticas, como el merecido descanso.

Recuerda que todos ellos tienen familias que atender, que están poniendo en un segundo plano porque su vocación de servicio a los demás está por encima de todo lo demás.

También hace hincapié en la necesidad de que las administraciones destinen más recursos a la salud mental. Ahora más que nunca, se aprecia la labor que desarrollan asociaciones como AISS, que, desde el ámbito privado, ofrecen recursos a miles de familias, cuya confianza es plena porque sus seres queridos están respondiendo bien gracias al cuidado de equipos multidisciplinares, como es este caso.

“El mayor aval para nosotros es la tranquilidad de nuestros pacientes y sus familias. Siempre tengo un motivo para admirarlos, pero en una crisis absolutamente desconocida como esta, de la que no tenemos patrones de referencia anteriores, su capacidad de adaptación está siendo digna de aplauso. Gracias a todos ellos por permitirnos estar a su lado”, ha concluido.

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