¿En qué momento se equivocaron las negociaciones de la UE en la compra de vacunas?

Si se compara el recorrido de la Unión Europea con países como Estados Unidos o Reino Unido, el viejo continente ha mostrado una actitud más conservadora en términos fiscales y férrea confianza en el libre mercado.

Edificio de la Comisión Europea en Bruselas (Foto. EUROPA PRESS)
Edificio de la Comisión Europea en Bruselas (Foto. EUROPA PRESS)

La ciencia ha marcado un hito con el rápido desarrollo de varias vacunas frente a la Covid-19. Las investigaciones y ensayos que, por norma habitual, se extienden durante años, se han reducido en esta extraordinaria ocasión a unos frenéticos meses en los que todos los esfuerzos de la comunidad científica internacional han remado en la misma dirección para combatir la peor pandemia a la que el mundo ha tenido que hacer frente en al menos, los últimos 100 años. La reducción de los tiempos ha sido posible gracias a varios factores. El primero, la financiación que han recibido los fabricantes de vacunas. En el proceso ha desempeñado un papel fundamental el desarrollo de fases de los ensayos en paralelo y el procedimiento denominado como rolling review.

Un mecanismo excepcional activado por reguladores como la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) o la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés). A través de este y, debido a la emergencia sanitaria, se han acelerado los plazos de evaluación sin que suponga un perjuicio en la calidad, seguridad y eficacia de las vacunas. Además, la reducción de los plazos en materia burocrática ha sido una pieza clave.

A pesar de todos los esfuerzos, desde el mismo momento en el que las primeras vacunas contra la Covid-19 recibieron luz verde, hemos sido testigos de una brecha que, lejos de reducirse, se ha ampliado cada vez más con el tiempo. Países como Estados Unidos o Reino Unido han demostrado mayor velocidad a la hora de autorizar los sueros e iniciar las campañas de vacunación que la Unión Europea, que ha apostado por un sistema de compra conjunto por parte de las autoridades europeas en nombre de los Veintisiete.

La inmunización de los europeos avanza de forma más lenta a lo que se esperaba y se planteaba desde el punto de vista teórico. Extrapolar intenciones y estrategias del papel a la realidad está siendo más complicado de lo esperado a pesar de que organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS), alertaron mucho antes de la llegada de las primeras vacunas de la necesidad por parte de los distintos gobiernos nacionales de adaptar sus sistemas de cara a la vacunación. Un escenario que se ha tornado aún más complicado en los últimos días tras la suspensión cautelar y temporal en al menos 14 países europeos de la vacunación con AstraZeneca tras la detección de una serie de episodios de trombosis. Finalmente, la EMA concluía el pasado jueves que la vacuna es “segura y eficaz” y, aunque continuarán investigando los casos, recordaban que los beneficios de administrar la vacuna superan con creces los posibles riesgos. Conclusiones a un lado, la imagen de la vacuna de AstraZeneca ha quedado dañada.

Ante esta fotografía son los datos los que hablan por sí solos y nos remiten a la referida brecha de la que hablábamos anteriormente. De acuerdo a un exhaustivo análisis publicado por The New York Times el pasado 20 de marzo de 2021, solo el 10% de los ciudadanos europeos ha recibido la primera dosis de alguna de las vacunas que actualmente se inoculan en el viejo continente. Este porcentaje se eleva al 23% en el caso del Estados Unidos y queda muy lejos del 39% de Reino Unido.

¿QUIÉN ES EL CULPABLE?

Nos encontramos ante una pregunta que no cuenta con una única respuesta. La mejor forma de comprender la situación tan dispar entre países pasa por analizar una serie de factores y decisiones. Los expertos consultados por The New York Times no dudan a la hora de señalar que la Unión Europea ha sido demasiado lenta a la hora de negociar los contratos con los fabricantes en comparación con otros países como Estados Unidos o Reino Unido. En este sentido indican que la EMA, así como los distintos reguladores nacionales “fueron cautelosos a aprobar algunas vacunas”.

Solo el 10% de los ciudadanos europeos ha recibido la primera dosis de alguna de las vacunas que actualmente se inoculan en el viejo continente. Este porcentaje se eleva al 23% en el caso del Estados Unidos y queda muy lejos del 39% de Reino Unido

Señalan que Europa además apostó por algunas vacunas que finalmente no dieron resultado y se han sucedido los problemas de suministro y producción en territorio europeo con algunos de estos sueros. Los expertos suman a esta ecuación los enrevesados trámites burocráticos presentes a nivel nacional en cada uno de los Estados miembros.

Los países europeos han adoptado además un enfoque conservador mientras que Estados Unidos, básicamente, no dudó a la hora de negociar con los fabricantes y aumentar sin miramientos el presupuesto para acelerar no solo el desarrollo de las vacunas sino también su producción.

A pesar de esta disección, lo cierto es que la Unión Europea se encuentra en una situación admirable. sus líderes continúan viendo factible contar con al menos el 70% de los ciudadanos europeos adultos inmunizados antes de que finalice el verano. Los Veintisiete han adquirido y reservado dosis de distintas vacunas para poder vacunar a todos los europeos al menos tres veces. Pero algunos eslabones de la cadena están debilitados y la teoría no termina de materializarse funcionalmente en la práctica.

LA UNIÓN EUROPEA, UN PASO POR DETRÁS

La Unión Europea ha ido varios pasos por detrás de Estados Unidos y Reino Unido desde el principio. Cuando los Veintisiete decidieron unificar recursos y comprar en bloque, Estados Unidos ya había gastado miles de millones de dólares en ensayos clínicos y producción. A mediados de junio la Comisión Europea anunció una compra conjunta de vacunas por valor de 3.200 millones de dólares.

 “El precio ha sido importante desde el principio. Estamos hablando del dinero de los contribuyentes”, explicaba en febrero Sandra Gallina, principal negociadora de vacunas de la Unión Europea

El Operation Warp Speed, programas de vacunas de la Administración Trump, contaba con un presupuesto de 10.000 millones de dólares. La Unión Europea no considera justo comparar ambas cifras porque no ofrecen la fotografía real del gasto efectuado en vacunas, pero dejan claro que el dinero no ha sido problema para Washington. “El precio ha sido importante desde el principio. Estamos hablando del dinero de los contribuyentes”, explicaba en febrero Sandra Gallina, principal negociadora de vacunas de la Unión Europea.

Si ponemos el foco en AstraZeneca, el primer acuerdo con la Unión Europea se produjo en agosto, varios meses después de Estados Unidos. El país facilitó las negociaciones hasta el punto de hacerlas demasiado fáciles: se renunció a cualquier derecho de propiedad intelectual y se absolvía a las compañías farmacéuticas de cualquier responsabilidad si las vacunas fallaban. Estados Unidos pagó el desarrollo y los ensayos por lo que los fabricantes no tenían nada que perder. Los fabricantes de vacunas esperaban encontrar en territorio europeo una situación similar pero no contaban con la necesidad de conciliar 27 leyes de responsabilidad diferentes hasta encontrar puntos en común entre todos los Estados miembros.

La Unión Europea se mueve en un férreo principio de precaución que ha retrasado la vacunación. Una postura aplaudida y criticada a partes iguales. La grave crisis sanitaria ha dejado más claro que nunca que la Unión Europea no es un país. Hablamos de Veintisiete países que negocian como uno manteniendo sus peculiaridades y normativas. Actualmente el bloque está adoptando un enfoque mucho más agresivo y, a pesar de le análisis expuesto a lo largo de estas líneas, los expertos recalcan que la posición de la Unión Europea en materia de vacunación es admirable pero la fotografía derivada de todo el proceso es muy nítida si se traduce en cifras: la Unión Europea se encuentra, al menos, a unas cinco semanas del escenario de inmunización de Estados Unidos.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Lo más leído