Estos son los motivos por los que COVAX no ha podido cumplir con sus objetivos de vacunación

El acceso equitativo a las vacunas contra la Covid-19 continúa siendo una de las grandes asignaturas pendientes desde que se autorizasen los primeros sueros.

Llegada del primer cargamento de vacunas contra la Covid 19 a República del Congo a través de COVAX (Foto. @WHOAFRO)
Llegada del primer cargamento de vacunas contra la Covid 19 a República del Congo a través de COVAX (Foto. @WHOAFRO)
Ángel Luis Jiménez
29 diciembre 2021 | 13:00 h

COVAX no ha podido cumplir con sus objetivos. A pocos días de que finalice el 2021 el pilar de las vacunas contra la Covid-19 del Acelerador ACT, puesto en marcha por la Coalición para la Promoción de Innovaciones en pro de la Preparación ante Epidemias (CEPI), la Alianza Gavi para las Vacunas (Gavi) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), no ha podido distribuir los 2.000 millones de dosis que se había propuesto. Solo se han repartido el 26% de las dosis que se habían prometido. Un fracaso que impide alcanzar el 40% de la población mundial vacunada el presente año, y que retrasará el segundo objetivo fijado de inmunizar al 70% a mediados del 2022.

El acceso equitativo a las vacunas contra la Covid-19 continúa siendo una de las grandes asignaturas pendientes desde que se autorizasen los primeros sueros. Los países con mayores recursos económicos han acaparado ingentes cantidades de dosis de las vacunas, en muchas ocasiones, por encima de la población elegible para su inoculación. Mientras, las naciones de medianos y bajos ingresos, en su mayoría concentradas en el continente africano, apenas han podido avanzar sus campañas de inmunización frente al virus.

A finales del pasado mes de noviembre, los países de la Unión Europea habían donado aproximadamente 95 millones de dosis de las vacunas contra la Covid-19. La mayoría de los viales se han donado a través de COVAX. Una cifra muy lejana de los 300 millones de dosis a los que los Veintisiete se habían comprometido antes del 31 de enero de 2021.

El 25 de noviembre la eurodiputada francesa Chrysoula Zacharopoulou, nombrada coordinadora para reforzar la donación de vacunas a COVAX, destacaba que “Europa es la primera contribuyente con 3.000 millones de euros a COVAX, pero nos hemos dado cuenta de que no es suficiente. Europa ha dado una respuesta y ha ido donando vacunas a los países, pero tenemos una realidad: el índice de vacunación en la Unión Europea es de un 76% en su población adulta; un total del 46% del mundo, pero solo el 6% de África”, advertía. El porcentaje relativo a África apenas se ha incrementado un dos por ciento en el tiempo transcurrido hasta el día de hoy. Unas cifras que poco han variado en el mes transcurrido y que reflejan una realidad definida por la política francesa: “Una desigualdad inadmisible e indignante”.

Los Centros Africanos de Adquisición de Vacunas (AVAT, por sus siglas en inglés) y los Centros Africanos de Control de Enfermedades, publicaron a principios del mes de diciembre un balance sobre el desempeño de COVAX. Hasta el 6 de diciembre de 2021 se han entregado 590 millones de dosis. La adquisición de las dosis a través de este mecanismo se planteó por dos vías. La primera, un sistema de adquisición directa con el dinero por los países y una segunda centrada en las dosis donadas por los países.

La falta de previsión en los envíos y recepción de los viales se ha traducido en numerosos problemas a la hora de que los países planifiquen sus campañas de vacunación. Cabe destacar que muchas de las dosis donadas contaban con una escasa vida útil 

Un planteamiento que se ha encontrado con varios obstáculos como la desorganización de los países con mayores recursos para hacer llegar la ayuda, la falta de movilización del dinero necesario y, gran parte del fondo recaudado se destinó a la compra de la vacuna de AstraZeneca desarrollada en India (a través del acuerdo de fabricación firmado con el Serum Institute of India), lo que acabó siendo un grave error dados los problemas surgidos en el país provocados por la expansión de la variante Delta (B.1.617.2), detectada originalmente en su territorio.

Se suman los importantes retrasos en el envío de las dosis que han hecho que estas lleguen con cuentagotas a las naciones más necesitadas. La falta de previsión en los envíos y recepción de los viales se ha traducido en numerosos problemas a la hora de que los países planifiquen sus campañas de vacunación. Cabe destacar que muchas de las dosis donadas contaban con una escasa vida útil por lo que sin una planificación precisa resulta prácticamente imposible para los países receptores aumentar sus coberturas vacunales frente al virus.

Muchas voces apuntan además a que uno de los motivos por los que COVAX no ha logrado cumplir con sus objetivos ha sido la negativa de los fabricantes de las vacunas a la liberalización de las patentes. “La fabricación de las vacunas bajo el sistema de protección intelectual basado en que las farmacéuticas, con mucho dinero público, han hecho una investigación de desarrollo histórico en menos de un año.  Pero ese conocimiento se ha quedado en sus manos y ellas decidían qué plantas de fabricación, si suyas o con terceras. Si se hubiera compartido el conocimiento se hubieran podido fabricar más y más descentralizadas, los países del sur hubiesen tenido más músculo de producir a nivel local o regional”, explica en El Independiente la representante de Médicos Sin Fronteras, Raquel González.

“Más del 80% de las vacunas se han enviado a los países del G20, mientras que los países de bajos ingresos, la mayoría de ellos en África, han recibido solo el 0,6% de las vacunas”

Un reciente estudio publicado por la OMS revela que apenas el 27% de los profesionales sanitarios de África ha completado la pauta de vacunación contra la Covid-19. El análisis de los datos de 25 países indica que 1,3 millones de sanitarios en África habían recibido las dosis necesarias para completar la pauta. En seis países se alcanza la excepción del 90%, mientras que en otros nueve apenas se alcanza el 40%.

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, informaba recientemente de que en el mundo se habían administrado ya más de 8.000 millones de dosis de las vacunas contra la Covid-19. “Más del 80% de las vacunas se han enviado a los países del G20, mientras que los países de bajos ingresos, la mayoría de ellos en África, han recibido solo el 0,6% de las vacunas”, aseveraba.

EL RECORRIDO DE COVAX

La distribución de vacunas contra la Covid-19 se inició en febrero de 2021, siendo Ghana el país que recibió el primer envío histórico de dosis de COVAX. En los siguientes 40 días se registraba un nuevo hito en términos de distribución al lograr repartir viales en 100 países, lo que se tradujo en más de 38 millones de dosis entregadas.

Actualmente, 144 países ya han recibido dosis de las vacunas a través de COVAX, de acuerdo con los datos recogidos por UNICEF. Se han entregado más de 709 millones de vacunas. “Aun así, el panorama de acceso a las vacunas contra la Covid-19 es inaceptable. Los países que forman parte del G20 han recibido más del 80% de las dosis de vacunas disponibles. Esto evidencia la gravedad de la desigualdad en la vacunación entre países de ingresos altos y bajos, especialmente en África”, critican.

Desde UNICEF recalcan que uno de los principales desafíos a los que se enfrenta COVAX es su financiación “para llegar al objetivo marcado de adquisición y distribución de las vacunas”, así como para poder adquirir “tratamientos y test de diagnóstico, otros suministros y acciones fundamentales para llevar a cabo la inmunización (compra de frigoríficos y trajes de protección, formación del personal sanitario, campañas de información, etcétera)”.

“Pido a todos los Estados miembros que opten por eliminar todas las barreras para aumentar la producción de vacunas, compartiendo tecnología y conocimientos, y apoyando a la renuncia de los derechos de propiedad intelectual. Pido a los países que han prometido donar vacunas que elijan cumplir esas promesas con la mayor urgencia posible”

“Necesitamos todo un conjunto de herramientas para controlar la propagación de la Covid-19, incluyendo diagnósticos y tratamientos, así como las medidas de prevención y mitigación que ya conocemos -como el uso de la mascarilla, el lavado de manos y el distanciamiento físico”, concluyen desde UNICEF.

ÓMICRON RECUERDA LA IMPORTANCIA DE LA SOLIDARIDAD

La variante Ómicron ha puesto en el foco internacional la necesidad de apostar por una solidaridad real con los países con menos recursos y poner fin a las promesas vacuas de cara a la galería.

“Ómicron es el resultado inevitable de acaparar vacunas y abandonar África a su suerte”, afirmaba recientemente la directora de la Alianza Africana para la Entrega de Vacunas, Ayoade Alakija. El único plan B que existe es que los países ricos donen vacunas. De cada 10 vacunas prometidas, los países donantes solo han donado una. De los 2.000 millones de dosis comprometidas 238 se han hecho realidad. Una cifra que apenas supone el 12%, según los datos publicados por Our World in Data.

“Hago un llamamiento a todos los Estados miembros para que opten por alcanzar nuestros objetivos de vacunar al 40% de la población de todos los países a finales de este año, y al 70% a mediados del próximo”, pedía en el discurso de clausura de la 74ª Asamblea Mundial de la Salud el director general de la OMS. “Pido a todos los Estados miembros que opten por eliminar todas las barreras para aumentar la producción de vacunas, compartiendo tecnología y conocimientos, y apoyando a la renuncia de los derechos de propiedad intelectual. Pido a los países que han prometido donar vacunas que elijan cumplir esas promesas con la mayor urgencia posible”.

En el acto de clausura de esta Asamblea extraordinaria solicitaba además a los Estados miembros que financien por complete el Acelerador ACT, “que necesita 23.400 millones de dólares durante los próximos 12 meses para llevar pruebas, tratamientos y vacunas donde más se necesitan”.

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