Terceras dosis y dosis de refuerzo: la vital diferencia en el escenario actual de vacunación

Las terceras dosis se administrarían a personas sanas que han completado la pauta con el fin de reforzar la protección mientras que los refuerzos se consideraría parte de la pauta de aquellos que no han conseguido generar suficiente inmunidad.

Viales de las vacunas contra la COVID 19 (Foto. Freepik)
Viales de las vacunas contra la COVID 19 (Foto. Freepik)

El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), celebrado el pasado miércoles 8 de septiembre, acordó por unanimidad inocular dosis de refuerzo a pacientes con determinadas inmunosupresiones, trasplantados de órgano sólidoy medula ósea y pacientes con algunos tratamientos oncológicos. Un grupo que, de acuerdo con los datos ofrecidos por la ministra de Sanidad, Carolina Darias, abarca a alrededor de 120.000 personas.

A lo largo de las últimas semanas hemos conocido las conclusiones de diversos estudios que sugieren la necesidad de administrar dosis de refuerzo con el objetivo de reforzar la inmunidad mediada por las distintas vacunas desarrolladas contra la COVID-19. Especialmente ante la propagación de variantes del SARS-CoV-2 como Delta (B.1.617.2, detectada originalmente en India), que cuenta con capacidad para reducir la protección generada a través de los sueros.

En este contexto se ha generado cierta confusión en la población general. La creciente evidencia científica recomienda de forma cada vez más fehaciente la necesidad de administrar dosis para reforzar la protección obtenida tras completar las pautas de vacunación establecidas, ya que la protección disminuiría con el paso del tiempo, de forma notoria en algunos casos ante variantes como Delta.

Israel se posicionó como uno de los primeros países en aprobar la administración de terceras dosis a su población, como consecuencia del aumento de los nuevos contagios debido a Delta a pesar de haber conseguido desarrollar una de las campañas de inmunización masiva más rápidas. Una decisión que también han adoptado China, Estados Unidos, Rusia, Hungría, Uruguay, República Dominicana, Chile o Francia entre otros. Un debate abierto en Alemania y Austria que estudian iniciar la inoculación de terceras dosis a lo largo de los meses de septiembre y octubre respectivamente.

POSICIÓN DE LA OMS, EMA Y ECDC

En un contexto global en el que las naciones con menos recursos apenas han avanzado en la inmunización de sus poblaciones mientras que los países mas ricos prácticamente han vacunado al conjunto de sus ciudadanos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha solicitado una nueva moratoria (ya solicitó una primera hasta el presente mes de septiembre) hasta final de año con el fin de asegurar la llegada de primeras dosis a los países con menores recursos. El objetivo fijado por la OMS es lograr vacunar al 14% de la población mundial antes de que finalice el 2021.

En el caso de las dosis de refuerzo y/o adicionales, se hace referencia a la administración de vacunas en personas que ya han completado la pauta de inmunización establecida pero que, debido a sus condiciones de salud, no han conseguido generar el nivel de inmunidad esperado

El director general del organismo de las Naciones Unidas, Tedros Adhanom Ghebreyesus, recordaba que, hasta el momento, se han administrado más de 5.500 millones de vacunas en todo el mundo de las que, el 80%, se han inoculado en países ricos. Unos datos que dejan una cobertura de vacunación contra la COVID-19 en las naciones de bajos recursos de apenas el 1,4%.

La Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) declaraba el pasado 2 de septiembre que, de acuerdo con las evidencias existentes, “no existe una necesidad urgente de administrar dosis de refuerzo de vacunas a individuos completamente vacunados contra la COVID-19”. Sin embargo, sus expertos admiten que debería considerarse la inoculación de dosis adicionales para aquellas personas con determinadas inmunodeficiencias.

La misma línea sigue el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés): “No existe una necesidad urgente de administrar dosis de refuerzo de vacunas a individuos completamente vacunados en la población general”. A través de un informe hecho público el 1 de septiembre el ECDC señala que sí se debería considerar la administración de dosis adicionales a personas con sistemas inmunológicos gravemente debilitados como parte de su pauta de vacunación, en caso de no alcanzar el grado adecuado de protección con las dosis actuales recomendadas.

TERCERAS DOSIS Y DOSIS DE REFUERZO

Ante esta fotografía es necesario diferenciar las terceras dosis de las dosis adicionales y/o de refuerzo. Cuando la evidencia científica, expertos y autoridades sanitarias hacen referencia a la administración de terceras dosis, se alude a la inoculación de vacunas en personas sanas que previamente han completado la pauta de vacunación fijada con el objetivo de reforzar la protección alcanzada.

"Por ahora, no queremos ver un uso generalizado de dosis de refuerzo en personas sanas que están completamente vacunadas", aseveraba Tedros Adhanom Ghebreyesus

En el caso de las dosis de refuerzo y/o adicionales, se hace referencia a la administración de vacunas en personas que ya han completado la pauta de inmunización establecida pero que, debido a sus condiciones de salud, no han conseguido generar el nivel de inmunidad esperado. Motivo por el que estas dosis adicionales formaría parte de la pauta de vacunación que en su caso requieren.

Ejemplos de estos son los grupos referidos al inicio de estas líneas por la titular de Sanidad: pacientes con determinadas inmunosupresiones, trasplantados de órgano sólido y medula ósea y pacientes con algunos tratamientos oncológicos. “Estamos hablando de una dosis adicional. Se trataría de completar, de que aquellas personas que ya han recibido la pauta tengan una dosis de más”, explicaba en la rueda de prensa posterior al CISNS Darias.

Una postura apoyada por la evidencia científica y con la que la OMS está de acuerdo. Su director general señalaba recientemente la necesidad de una dosis de refuerzo para los grupos poblacionales que presentan un mayor riesgo, "donde hay evidencia de una disminución de la inmunidad contra la COVID-19 grave", señalando, por ejemplo, las personas inmunodeprimidas cuyo sistema inmunitario no ha respondido de la forma esperada a las vacunas o no generan anticuerpos. "Pero por ahora, no queremos ver un uso generalizado de dosis de refuerzo en personas sanas que están completamente vacunadas", aseveraba Tedros Adhanom Ghebreyesus.

La ministra de Sanidad anunciaba además que se continuará valorando la inclusión de nuevos grupos “de la mano de la evidencia y sociedad científica”. En este sentido Darias afirmaba que “vamos a estudiar si otros colectivos se pueden incorporar a una dosis adicional”.

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