Medicamentos y ola de calor: la importancia de ajustar la dosis a personas de riesgo

Las olas de calor y sus altas temperaturas suponen un riesgo para todas las personas, especialmente para aquellas que toman medicación. Por eso, es importante que se consulte con el médico antes de su consumición durante estas temporadas.

Medicamentos (Foto. Freepik)
Medicamentos (Foto. Freepik)
Blanca Mas
3 agosto 2022 | 17:45 h

Durante el mes de agosto, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha informado que se sufrirán episodios de calidez extrema. Ante esta ola de calor, siendo la tercera en todo el año, el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), dependiente del Ministerio de Sanidad, ha estimado que se han producido 2.176 muertes atribuibles a las altas temperaturas durante el mes de julio.

Las olas de calor y sus altas temperaturas suponen un riesgo para todas las personas, sobre todo para aquellas que tienen ciertas enfermedades o para aquellas que toman medicación.

Con la llegada del calor hay que tomar precauciones a la hora de conservar los medicamentos y guardarlos en un lugar seco y fresco para que no se degraden. Lo ideal es mantenerlos a una temperatura inferior a 25º o 30º, alejados de la luz solar directa y en su envase original.

"No sería viable estar modificando los tratamientos o las dosis de los medicamentos cada vez que se habla de calor, sino que es importante centrarnos en aquellas personas que tienen un riesgo especial"

También es necesario que el médico controle las dosis y los fármacosque se toman durante esta época, ya que existen diversas familias de medicamentos que pueden actuar de forma no conveniente en combinación con el sol o el calor. Diferentes fármacos pueden potenciar los efectos del calor o de disminuir la capacidad del organismo de nuestro cuerpo para ser capaces de eliminar el calor.

Sin embargo, Miguel Ángel Hernández Rodríguez, coordinador del Grupo de Trabajo de Utilización de Fármacos de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) asegura que no sería viable estar modificando los tratamientos o las dosis de los medicamentos cada vez que se habla de calor, sino que "es importante centrarnos en aquellas personas que tienen un riesgo especial" como son las personas mayores de 65 años; las personas polimedicadas; aquellas que padecen enfermedades cardiovasculares o renales y los niños pequeños, especialmente los menores de un año. También las personas que padecen enfermedades graves o se encuentran encamadas en domicilio así como personas que tienen problemas de salud mental que son de una intensidad considerable.

 “También hay que informar a los pacientes sobre aquel grupo de medicamentos que pueden generar mayor riesgo para que las personas que los toman tengan especial precaución. En primer lugar, hablamos de los fármacos antihipertensivos”, explica el experto.

Por su efecto dilatador, el calor hace bajar la tensión arterial y, por ello, hay que tener cuidado por si baja en exceso. Hablamos de los fármacos metabloqueantes y los diuréticos, porque además producen deshidratación. Estamos hablando de los medicamentos IECA (son los fármacos con el principio activo acabado en “pril”). En el caso de los diuréticos, betabloqueantes (son los que tienen un nombre acbado en “-lol”), o ARA-II (antihipertensivos acabados en “-sartan”).

"Si hay que elegir algunos fármacos de venta libre con los que hay que tener precaución, serían los antiinflamatorios estroideos porque que pueden alterar la función renal"

Además, se pueden sumar a este grupo de fármacos aquellos que se utilizan para tratar la migraña, sobre todo los triptanes y los antianginoso, porque también producen una disminución de la presión arterial.

En segundo lugar tenemos el gran grupo de medicamentos de psicofármacos, especialmente los antidepresivos y los neurolépticos. También algunos medicamentos para tratar el Parkinson y los antiestamínicos y algunos medicamentos relacionados con la incontinencia urinaria, porque tienen efectos anticolinérgicos. Es decir, producen sequedad de boca, constipación intestinal y visión borrosa. Del mismo modo, el uso de ciertos fármacos usados en niños para el síndrome de hiperactividad , como puede ser el metilfenidato, pueden afectar la capacidad del cuerpo para regular su temperatura.

En el caso de los fármacos para tratar enfermedades mentales, las biocendacepinas, por ejemplo, producen un efecto de disminución de los reflejos y del nivel de conciencia, lo que puede contribuir a potenciar los efectos del calor. El consumo de fármacos descongestivos para resfriados, o incluso para la alergia, hace que se reduzca el flujo de sangre, ya que actúan como vasoconstrictores.

MEDICAMENTOS DE VENTA LIBRE

Los medicamentos de venta libre (OTP, por sus siglas en inglés) son aquellos medicamentos que se pueden comprar sin receta médica. Tratan una variedad de enfermedades y síntomas, incluidos tos y resfríos, dolor, diarrea, estreñimiento, acné y otros. Algunos de estos medicamentos contienen ingredientes de los que es posible abusar si se ingieren en dosis mayores a las recomendadas.

Siempre se ha recomendado que antes de consumir un medicamento se consulte con un médico. Esta norma se multiplica más ahora en verano

“Si hay que elegir algunos fármacos de venta libre con los que hay que tener precaución, serían los antiinflamatorios estroideos porque que pueden alterar la función renal, y en un contexto de deshidratación y de ola de calor y de problemas de manejo de los líquidos pueden producir problemas en algunas personas”, asegura el experto.

De siempre se ha recomendado que antes de consumir un medicamento se consulte con un médico. Esta norma se multiplica más ahora en verano para aquellos pacientes que suelan tomar medicación y también para aquellos que deciden comprarse medicamentos OTP.

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