La I Jornada de Cronicidad de Castilla y León celebrada ayer en la consejería de Sanidad de la comunidad, y la que asistieron numerosos expertos en esta materia, abordó temas tan cruciales como la aportación de la tecnología al control y seguimiento del paciente crónico. El especialista en Medicina Interna del Hospital Universitario Clínico San Carlos Madrid, Manuel Méndez, ha sido el encargado de moderar este encuentro.
La tecnología puede suponer un cambio de paradigma en la vida del paciente crónico, no sólo para su seguimiento, sino también para su diagnóstico. Judit Ceruelo Bermejo, jefa Servicio de Información y Prestación Farmacéutica en Atención Primaria de DGASH, explicó el papel de la farmacia dentro de las aportaciones tecnológicas a la cronicidad. “La farmacoterapia ayuda a obtener resultados, pero a la vez se asocia a riesgos importantes, especialmente en pacientes que tienen muchas patologías y se tratan con medicamentos”.
"La receta electrónica incorpora elementos muy importantes para el paciente crónico"
En este sentido, Ceruelo hizo hincapié en que la polimedicación en sí ya supone un riesgo. De hecho, según sus datos, en Castilla y León el 45% de las personas mayores de 65 años toman cinco o más medicamentos de manera crónica. “Esta politerapia tiene un componente económico a tener en cuenta, dado que supone hasta 1.200 millones de euros al año en farmacia sólo en Castilla y León”. El 60% de este importe corresponde además al gasto farmacéutico de los pacientes crónicos. Una de las áreas de mejora en este sentido, es la efectividad de los tratamientos. Para ello, “hay que fomentar la revisión de los tratamientos más que ir añadiendo otros, y aumentar la adherencia a los mismos”.
Conciliar la medicación y potenciar que el paciente sea activo y esté informado y formado sobre su propio tratamiento y enfermedad es muy importante en este sentido, y la tecnología tiene grandes oportunidades para ayudar a que estos retos se cumplan. La experta puso como ejemplo la receta electrónica, “que incorpora elementos muy importantes para el paciente crónico”. La jefa de servicio adelantó también que la comunidad ya está trabajando en una app de adherencia, a la que podrán tener acceso tanto pacientes como profesionales.
Otra de las expertas que ofreció su visión sobre la aplicación de la tecnología en la cronicidad es la jefa del Servicio de Investigación e Innovación de la Junta de Castilla y León, Mª Antonia Martín Delgado. En este caso, se explicó relevancia que la teleasistencia puede llegar a tener en los pacientes crónicos y cómo puede mejorar su calidad de vida. “¿A qué nos referimos cuando hablamos de teleasistencia? Puede tratarse, desde una llamada telefónica con el médico, hasta a una intervención quirúrgica entre dos equipos de diferentes países que tienen una historia clínica digital compartida”, expresó.
La telemedicina es importante para la cronicidad sobretodo “en el caso de los más mayores que podían no estar acostumbrados a acudir al médico habitualmente, y ahora tienen patologías crónicas pero son reacios a moverse o a pedir ayuda a sus familiares”. Precisamente para ellos la telemedicina ha evolucionado de manera que la podemos poner al servicio de la salud. “Nuestro objetivo es prestar la mejor asistencia a los pacientes y para ello necesitamos interactuar, relacionarnos unos con otros, conseguir la continuidad asistencial y la coordinación entre los profesionales”. La tecnología en este caso es un apoyo.
La telemedicina ha evolucionado de manera que la podemos poner al servicio de la salud
Por otro lado, la doctora y técnica Sistemas de Información y Resultados en Salud de la Junta de Castilla y León, MaríaJosé Pérez Boillos, explicó cuáles serían los principales retos que tenemos actualmente encima de la mesa entorno a la aplicación de las nuevas tecnologías. En este sentido, destacó la estratificación, el intercambio de información y la transversalidad. Algunos de los ejemplos que se citaron de aplicación de estas tecnologías en los que la consejería sanitaria castellano leonesa está inmersa es la creación de una nueva historia digital, una tecnología para monitorizar a los pacientes en sus domicilios, el canal del ciudadano, o mejoras en la ciberseguridad. Otro de los proyectos que se están investigando es la automatización de procesos. “De esta manera el médico no tiene que estar llamando al paciente cuando, por ejemplo, tenga que vacunarse. Distintos algoritmos podrían determinar cuándo se tiene que producir la cita y citar al propio paciente de manera automática”.
Desde el punto de vista de la enfermería, Diego Ayuso, secretario General del consejo General de Enfermería y miembro CH2025, quiso poner en valor su papel dentro del cuidado del paciente crónico. “Las enfermeras y enfermeros somos referentes”. En este ámbito también existen algunos retos que podrían abordarse con las nuevas tecnologías. Uno de ellos sería “abordar de manera integral y multidisciplinar la enfermedad y que haya una muy buena coordinación entre los nivelesasistenciales, para que el paciente reciba la atención que necesita este en el nivel que esté”. El paciente además de tener un papel activo en la toma de decisiones, y los servicios sociales deben estar más cerca de los sanitarios. Así, el experto recomendó integrar las tecnologías sanitarias, como la telemedicina o el monitoreo del paciente crónico, para favorecer su seguimiento en casos como, por ejemplo, de dispersión geográfica.
Finalmente, Federico Montero, responsable de la Unidad de afrontamiento de dolor crónico en castilla y león, aplicó el uso de la tecnología a su ámbito. “Unas nueve millones de personas en nuestro país sufren dolor crónico, y esto supone un importante gasto de recursos, además de ser una de las principales causas de discapacidad”. El dolor crónico, además, es multidimensional, pues afecta a los aspectos biológicos, sociales, e incluso culturales de las personas. En este caso, el uso de las tecnologías sanitarias iría encaminado a la investigación, a las tecnologías de estimulación y a las de evaluación.
El evento, organizado por la Consejería de Sanidad de Castilla y León y el Grupo Mediforum, contó con la colaboración de Air Liquide Healthcare, Boehringer Ingelheim España, la plataforma Cronicidad: Horizonte 2025 y Consalud.es.