P. Guillem (Epidemióloga): “La viruela del mono no tiene por qué clasificarse como una ETS”

Patricia Guillem, catedrática de Epidemiología de la Universidad Europea de Valencia analiza en ConSalud.es las principales características y riesgos de la viruela del mono.

Patricia Guillem, catedrática de Epidemiología, Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Europea de Valencia (Foto. UEV)
Patricia Guillem, catedrática de Epidemiología, Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Europea de Valencia (Foto. UEV)

Hasta el momento en España, concretamente en la Comunidad de Madrid, se han confirmado 34 casos de la conocida como viruela del mono. A nivel nacional son ya 10 comunidades autónomas las que sospechan de hasta 55 posibles casos.

La alerta en relación a la viruela del mono se iniciaba el pasado 7 de mayo. Fecha en la que las autoridades sanitarias de Reino Unido notificaban a la Organización Mundial de la Salud (OMS) el primer caso confirmado: un individuo que regresaba al país de un viaje procedente de Nigeria. En las horas y días sucesivos fue aumentando el número de países que reportaban casos confirmados o bajo sospecha de esta zoonosis endémica de algunas zonas del continente africano.

Una enfermedad parecida a la viruela tradicional, erradicada a finales de los años 70, pero con peculiaridades características sobre la que en los últimos días se ha puesto el foco mediático y social ante la incertidumbre que genera y el halo de desconocimiento. Motivo por el que en ConSalud.es hemos entrevistado a Patricia Guillem, catedrática de Epidemiología de la Universidad Europea de Valencia, para profundizar en esta enfermedad, los riesgos que implica y los diferentes escenarios que plantea la aparición de los brotes en zonas en las que la viruela del mono no es endémica.

¿Qué es la viruela del mono?

Es una zoonosis enfermedad bastante similar en cuanto a sintomatología, pero de forma más leve, a la viruela. Pertenecen a la misma familia de virus. Es una enfermedad endémica en determinadas regiones de África central y occidental. En estos países la enfermedad está presente con relativa frecuencia.

De forma habitual pueden padecerla pequeños roedores como por ejemplo ardillas de los bosques selváticos o la rata de Gambia e incluso el perro de las praderas. A veces, de estos pequeños roedores se produce un salto de especies y la enfermedad puede pasar a primates. No solo puede afectar y provocar clínica en los simios, sino que también puede saltar de nuevo de especie y afectar a los humanos, aunque se le continúe denominando como viruela del mono.

"En principio es una enfermedad benigna. Lo importante en este momento no solo es diagnosticar la enfermedad, sino también secuenciarla para averiguar de qué cepa o variante se trata"

A raíz de que la enfermedad ha atravesado fronteras y se ha expandido más allá de los países en los que es endémica, se han producido brotes epidémicos. En este momento tenemos una situación de brote epidémico en diferentes países, con variaciones de la presencia de casos entre países debido a las características de la transmisión.

¿Cuáles son sus principales síntomas? ¿Y su periodo de incubación?

El periodo de incubación es variable. Oscila más o menos entre una semana y 15 días. En este periodo el virus va multiplicándose en nuestro organismo hasta que provoca una clínica que se presenta con síntomas iniciales como fiebre, dolores musculares, cansancio, fatiga o astenia, podemos notar algunos ganglios linfáticos inflamados. Este último es un síntoma muy característico porque de normal, los nódulos linfáticos no se aprecian, pero si se inflaman pueden percibirse al tacto detrás de la mandíbula o en las ingles. Esta sería la primera sintomatología que también puede ser común a otras enfermedades con las que podría confundirse y se requiere la realización de un diagnóstico diferencial.

Por otro lado, luego aparecen otros síntomas más característicos de esta enfermedad: lesiones en la piel. Aparecen como si fuesen vesículas, pequeños granitos que se llenan de líquido, que pasan a ser pústulas que pueden incluso llegar a albergar pus y evolucionan hasta formar una costra. Muy parecido a lo que ocurre con la varicela. Por supuesto estas lesiones pueden ocasionar eritema, enrojecimiento y picazón. Esto puede hacer que la persona se rasque y las haga explotar. Ese exudado de las vesículas también es potencialmente contagioso como lo son otros líquidos corporales como, por ejemplo, la saliva o los fluidos de tipo sexual.

¿Qué tipo de riesgos implica en términos de letalidad?

En principio es una enfermedad benigna. Lo importante en este momento no solo es diagnosticar la enfermedad, sino también secuenciarla para averiguar de qué cepa o variante se trata.

En África existen varias variantes y se ha visto que la de África occidental es más benigna, la sintomatología es leve y es autolimitante, lo que significa que comienza y que termina en un momento concreto y la persona evoluciona por una serie de síntomas conocidos hasta que la enfermedad finalmente desaparece.

El problema de la letalidad que podemos ver reflejado en alguna estadística está relacionado con los factores que tiene la población infectada. No podemos comparar la población de un país desarrollado como España, con acceso a servicios sanitarios, con buenas condiciones inmunológicas y con un estado nutricional adecuado, con otros países con peores condiciones higiénicas, sin acceso a la sanidad de forma correcta y donde, por ejemplo, los niños son los que menos defensas tienen y se erigen como un grupo de población vulnerable.

"No podemos comparar la población de un país desarrollado como España, con acceso a servicios sanitarios, con buenas condiciones inmunológicas y con un estado nutricional adecuado, con otros países con peores condiciones higiénicas, sin acceso a la sanidad de forma correcta"

Las cifras de letalidad que se barajan son muy bajas y oscilan, como bien ha publicado la OMS, entre el uno y el 10%. Cifras que deben analizarse en función de la población que se está estudiando, ya que ese 10% puede parecernos mucho pero no deriva de una población como la de España.

En relación a los niños, ¿cursan la enfermedad de la misma forma que los adultos?

En principio los síntomas son los mismos. Lo único que, al tener menos defensas, la sintomatología se puede complicar. Por ejemplo, en zonas en las que los antitérmicos no estén disponibles, no es que la enfermedad cause mortalidad por sí misma pero si un síntoma como la fiebre se exacerba más de lo habitual, el paciente puede fallecer.

También se han descrito otros casos los que podrían aparecer otras infecciones oportunistas. El virus de la viruela del mono nos debilita y eso propicia que otras infecciones de tipo de bacteriano puedan provocar alguna complicación extra a nivel pulmonar. Lo peor de la enfermedad siempre son las complicaciones derivadas.

Muchos de los casos que se han detectado se han producido en “hombres que tienen sexo con hombres” (de acuerdo con las declaraciones de las autoridades sanitarias), pero la ministra de Sanidad ha declarado que no se trata de una enfermedad de transmisión sexual. ¿Cuáles son las vías de contagio?

Hay enfermedades de transmisión sexual que son víricas como, por ejemplo, el VIH o el virus del papiloma humano. En el caso de la viruela del mono el hecho de que los brotes detectados en la Comunidad de Madrid se hayan localizado dentro de una determinad comunidad responde a la realización de unas determinadas prácticas que se han llevado a cabo, en el caso de un brote, en una sauna, pero podrían haber sido personas homosexuales o heterosexuales.

"Sí que hay que insistir en que para la transmisión hace falta un contacto cercano es decir, yo porque esté hablando con una persona infectada durante dos horas en un espacio cerrado, no me voy a contagiar si no entro en contacto físico con esta persona"

Aquí lo que ha conllevado la transmisión ha sido el hecho de la práctica en sí puesto que no es una enfermedad de transmisión sexual, porque estas se producen a través del contacto de las mucosas que tienen la carga viral. En este caso, lo más probable ha sido el intercambio de fluidos que se puede haber producido a lo largo del acto sexual o en las prácticas de riesgo que se hayan llevado a cabo en el lugar en el que se ha producido la transmisión. Insisto, por el intercambio de besos como puede ocurrir con los herpes labiales.

Alguien puede tener una pequeña lesión y no haberse percatado que se trababa de esta patología y al mantener sexo con otras personas, independientemente del género y orientación sexual, haber provocado la transmisión. La viruela del mono no tiene por qué clasificarse como una enfermedad de transmisión sexual. Sí que hay que insistir en que para la transmisión hace falta un contacto cercano es decir, yo porque esté hablando con una persona infectada durante dos horas en un espacio cerrado, no me voy a contagiar si no entro en contacto físico con esta persona.

¿Qué opinión te merece la noticia de la posible compra por parte de Sanidad de miles de dosis de la vacuna contra la viruela para inmunizar a contactos estrechos? ¿Sería una estrategia útil?

Para los contactos estrechos sí está indicada la vacuna. Tenemos que pensar que hasta que la viruela tradicional fue erradicada, en España la vacuna estaba incluida dentro del calendario pediátrico de vacunación. Por lo tanto, en nuestro país tenemos muchos adultos que cuentan con esa protección que se presume que tiene una efectividad de hasta un 85%.

Esto también tenemos que analizarlo con cuidado. Ya hemos visto que no todas las personas ante una vacuna producen, ni la misma cantidad de anticuerpos ni los mantienen de la misma  forma en el tiempo. Tendríamos que ver si esa protección todavía se mantiene en el tiempo o si, en algunos casos, ha descendido.

Lo que sí que está claro es que la vacuna contra la viruela solamente está indicada en contactos muy estrechos en los que haya habido una exposición o para algunos sanitarios que pudiesen entrar en contacto con pacientes infectados. En principio, la vacuna contra la viruela no está ni mucho menos indicada para la población general ni para todos los profesionales sanitarios.

¿Puede producirse una transmisión a gran escala?

Yo diría que no porque esta enfermedad no tiene transmisión comunitaria puesto que las vías de transmisión requieren contacto estrecho. Tenemos que pensar que las enfermedades más peligrosas son aquellas que viajan a través del aire o que encuentren presentes en el agua. En el caso de la viruela del mono la vía de transmisión es muy específica y estamos en una fase de contención donde continúan apareciendo casos, pero en principio, teniendo controlados estos, no se va a extender.

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