La importancia de conocer los síntomas de la meningitis para una detección temprana

Rigidez de cuello, náuseas, vómitos, fotofobia, dolor de piernas, frialdad en manos y pies, confusión, o convulsiones, petequias y somnolencia o irritabilidad en el caso de los bebes son algunos de los síntomas más característicos.

Pediatra vacunando a un bebé (Foto. Freepik)
Pediatra vacunando a un bebé (Foto. Freepik)

La meningitis es una inflamación de las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal. Puede tener un origen vírico, que suele ser benigna y de consecuencias leves, o de origen bacteriano, que es la que presenta un mayor peligro. Tal y como informan desde la Asociación Española contra la Meningitis (Aemps) hay tres tipos de bacterias causantes de meningitis, la Haemophilus Influenzae B (HiB), el neumococo y el meningococo con todos sus serogrupos (A, B, C, W, X e Y).

La sepsis es la variedad de la enfermedad bacteriana cuando la infección se desplaza por el torrente sanguíneo a todo el cuerpo.

En general, la meningitis y la sepsis bacterianas son muy peligrosas, y pueden progresar muy rápidamente; mientras que la meningitis vírica es dolorosa, pero, usualmente, no suele ser peligrosa.

Aproximadamente se estima que en España hay unas 12.000 personas afectadas al año. De ellas 2.000 serían bacterianas y 10.000 víricas, de acuerdo con las cifras publicadas por la AEM.

La enfermedad meningocócica invasiva (EMI) es una enfermedad infecciosa grave que afecta, principalmente, a niños menores de cinco años. Está asociada a importantes y limitantes secuelas físicas, neurológicas y psicológicas a largo plazo. Si ponemos el foco en España, la mayoría de los casos (65%) están provocados por el meningococo del serogrupo B (MenB). Entre un 5-10% de los pacientes fallece entre las primeras 24-48 horas según los datos de la Asociación Española de Pediatría (AEP). Motivo por el que la detección temprana de los síntomas es fundamental.

Desde la AEM exponen que los síntomas iniciales de la enfermedad son confundidos con frecuencia con síntomas que se asocian a otras enfermedades infecciones como pueden ser la fiebre, irritabilidad en el casos de los bebés y dolor de cabeza en los niños más mayores, decaimiento, vómitos y falta de apetito. Cabe señalar que existen algunos síntomas que pueden hacernos conscientes de que estamos ante un caso de EMI.

La quinta vacuna cuya implementación en los calendarios conduciría a prevenir todas las meningitis en la infancia y la adolescencia es la del meningococo B; disponible pero que en este momento no está financiada a nivel nacional, pero sí en Canarias, Castilla y León, Cataluña y Andalucía

Hablamos del dolor en las piernas (se produce en un 35% de los niños que son capaces de expresar este síntoma), pies y manos fríos o con un tono violáceo, disminución del nivel de consciencia y convulsiones. Si aparece cualquiera de estos síntomas junto con fiebre de origen desconocido es de vital importancia acudir a los servicios médicos.

Tal y como indican desde la AEP, la identificación de los síntomas es un factor determinante a la hora de poder realizar un diagnóstico temprano de la enfermedad. Un trabajo vital si tenemos en cuenta que un tercio de los niños que sobrevive a esta enfermedad sufre graves secuelas que van desde el retraso psicomotor hasta la ceguera, sordera, amputaciones o epilepsia. “Se trata de una patología poco frecuente pero muy grave” asegura la doctora María José Mellado, expresidenta de la Asociación Española de Pediatría (AEP).

Rigidez de cuello, es decir, dolor y dificultad para mover la cabeza; fotofobia, intolerancia a la luz; dolor de piernas, frialdad excesiva de manos y pies, confusión, convulsiones y, sobre todo, la aparición en la piel de unas manchas (inicialmente rojizas y pequeñas), que luego se tornan violáceas y aumentan de tamaño y que no desaparecen con la presión. Estos son los síntomas inequívocos de que algo no va bien y es necesario acudir de forma inmediata a la urgencia hospitalaria,” subraya Mellado.

ENFERMEDAD PREVENIBLE POR VACUNACIÓN

Actualmente, son cinco las vacunas disponibles que existen para hacer frente a prácticamente todos los tipos de meningitis causadas por bacterias que ocurren en la edad pediátrica.

Tres de ellas llevan años incluidas en los calendarios vacunales oficiales de todas las comunidades autónomas: vacuna frente al Haemophilus influenzae tipo b, frente a meningococo C y, desde el 2016, la vacuna frente al neumococo.

Además, la vacuna frente a los meningococos ACWY ha sido añadida recientemente en el calendario de todas las comunidades a los 12 años de edad. La quinta vacuna cuya implementación en los calendarios conduciría a prevenir todas las meningitis en la infancia y la adolescencia es la del meningococo B; disponible pero que en este momento no está financiada a nivel nacional, pero sí en Canarias, Castilla y León, Cataluña y Andalucía. Una situación que genera una brecha de desigualdad en materia sanitaria en nuestro país y que nos sitúa a la cola de nuestro entorno europeo.

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