Una nueva legislatura se abre camino en España tras las pasadas elecciones generales del 23 de julio. Tras una campaña electoral plagada de actos con las ‘espadas en alto’ por parte de los candidatos a la presidencia, varios debates televisados entre las diferentes formaciones o el mero hecho de tener que haber acudido a las urnas para votar en pleno periodo vacacional, se puede decir que la salud mental de la ciudadanía ha sido puesta a prueba nuevamente por los responsables políticos. Los mismo encargados -en teoría- de velar por ella. Así, con las aguas aparentemente más calmadas, llega la hora de poner sobre la mesa los desafíos que deberá afrontar el nuevo Gobierno, si que llega a formarse, en esta creciente problemática.
Especialmente tras las secuelas emocionales y estragos causados por la pandemia, la salud mental se ha convertido en una de las mayores preocupaciones para el bienestar de la ciudadanía. No en vano, según un reciente estudio 4 de cada 10 ciudadanos en nuestro país aseguran no gozar de una buena salud mental. En esta línea, se ha producido un importante aumento en el número de personas que admiten con mayor naturalidad su problemática mental. Sin embargo, en nuestro país todavía queda hoy en día un largo camino por avanzar a la hora de ofrecer una respuesta asistencial a estos pacientes.
El principal foco debe ser la “escasez de efectivos en esta especialidad y que coincide con un aumento de la demanda asistencial”. Algo a lo que no ayuda tampoco la “previsible jubilación de gran número de profesionales"
Para señalar las líneas de trabajo que el nuevo Ejecutivo tendrá que encarar en este ámbito y las necesidades de los profesionales sanitarios destinados a llevarlas a cabo ha atendido a ConSalud.es el presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM), Manuel Martín Carrasco, quien apunta a que el principal foco debe ser la “escasez de efectivos en esta especialidad y que coincide con un aumento de la demanda asistencial”. Algo a lo que no ayuda tampoco la “previsible jubilación de gran número de profesionales de psiquiatría en los próximos cinco años” y que el actual número de incorporaciones en formación “no será suficiente” para dar relevo.
COMBATIR LA FALTA DE PROFESIONALES
Pariendo de este punto, el representante de psiquiatría considera que las nuevas políticas por llegar deberían fijarse en medidas como la “jubilación activa mejorada para los psiquiatras”. Una iniciativa aplicada ya en otras especialidades como Pediatría o Medicina de Familia, e impulsada durante la pasada legislatura por la exministra Carolina Darias. La misma posibilita a los profesionales a extender su vida laboral por encima de los 65 años -postergando la jubilación, pero cobrando un 75% de la pensión-. Esto atenuaría temporalmente la falta de facultativos destinados a la salud mental, pero habría que complementarla con otras políticas más proactivas.
Invita a los próximos responsables sanitarios a “aumentar el número de plazas acreditadas de formación en psiquiatría y psiquiatría infantil”
En este sentido, Martín Carrasco invita a los próximos responsables sanitarios a “aumentar el número de plazas acreditadas de formación en psiquiatría y psiquiatría infantil”. No en vano, el Gobierno central es quien tiene las competencias a la hora de marcar anualmente la “cantidad de plazas formativas en la especialidad” a lo largo del país, pudiendo incrementar las mismas si esta fuera su convicción. En un contexto de falta de especialistas, la línea de trabajo sería poder establecer una estrategia de RRHH adaptada a las actuales necesidades de la salud mental.
De esta manera, según datos de la propia sociedad de psiquiatría, nuestro país apenas supera los 9 psiquiatras por cada 100.000 habitantes -11,5 si se incluyen los psiquiatras en formación-. Unos datos que nos sitúan a la cola del conjunto de los países europeos de nuestro entorno. Es por ello por lo que, para equilibrar esta situación, el presidente de SEPSM calcula que “sería necesario contratar entre 370 y 656 especialistas al año durante un lustro”. Un escenario que España no conseguiría alcanzar ni aunque se incorporasen al Sistema Nacional de Salud todas las personas que terminen la especialidad”.
Mejorar las condiciones de “para que psiquiatras españoles que se fueron a otros países puedan regresar y los que terminan la formación en España no se marchen
Dadas las actuales circunstancias de carestía de efectivos que denuncian, otra de las posibilidades que el colectivo de psiquiatría plantearía al nuevo Gobierno pasaría por “facilitar la homologación más rápida de títulos de psiquiatría de profesionales que vengan de otros países, especialmente de América Latina”, desvela el presidente de SEPSM. A lo que sumarían la necesidad de mejorar las condiciones de “para que psiquiatras españoles que se fueron a otros países puedan regresar y los que terminan la formación en España no se marchen. No en vano, todavía el 40% de los psiquiatras a nivel nacional no tiene una plaza fija”, lamenta.
UN COMPROMISO DE TODOS
A este paquete de medidas que los psiquiatras deslizan sobre la mesa del próximo Gobierno, remarcan también la importancia de poner en marcha “una labor de sensibilización, prevención y eficiente planificación de la salud mental” en nuestro país, y que llegue para convertirse en una “prioridad en las agendas políticas y los desarrollos normativos”. En esta misma línea, desde SEPSM creen que la estrategia nacional de salud mental requiere adaptarse a la “realidad existente” en la actualidad; además de mantenerse al margen de las “ideologías y la politización” que a veces la rodea y tener un fundamento “profesional y técnico”.
Para “prevenir la incidencia de los problemas de salud mental hace falta la colaboración de todos; desde responsables políticos, el sector laboral,el sector educativo, etc”
Este importante trabajo por delante que ha de llevarse a cabo desde una “perspectiva multisectorial”, pues para “prevenir la incidencia de los problemas de salud mental hace falta la colaboración de todos; desde responsables políticos, el sector laboral,el sector educativo, etc”, así como la concienciación de que estos cambios “conllevan necesariamente incentivar la implicación de los profesionales y de los propios pacientes”, concluye el presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental, Manuel Martín Carrasco.